domingo, 22 de abril de 2012

Adecoagro: Campos argentinos con garantía de Soros


A pesar de los condicionantes políticos, el campo argentino siempre es  muy competitivo en el mundo, hecho que se ve potenciado aún más con los altos precios de los commodities agrícolas. Aquí una alternativa.

EL 28 de enero del año 2011, Adecoagro (NYSE: AGRO), una pequeña empresa dedicada a actividades agrícolas en Latinoamérica salió a cotizar en Wall Street. Una de las particularidades que tiene esta compañía es que George Soros, el magnate norteamericano, es uno de los principales accionistas de la firma.

Adecoagro es uno de los mayores tenedores de tierras en América del Sur ya que cuenta con 38 campos principalmente en la Argentina, aunque también tiene presencia en Brasil y Uruguay.

Desde que se creó en el año 2002, el crecimiento de la empresa se basó en la implementación de un modelo de producción sustentable y eficiente, trabajando en tierras propias y manejando el riesgo mediante diversificación. Las actividades principales de Adecoagro incluyen la agricultura, la ganadería y la producción de leche cruda e industrializada, de azúcar, etanol, algodón y café.

El 29 de marzo pasado, la empresa reportó sus resultados anuales en los cuales informó que el EBITDA ajustado del año 2011 se ubicó en US$ 150,1 millones, un 57,8% superior al registrado en 2010. Por otro lado, sus utilidades llegaron a los 56,9 millones de dólares, revirtiendo las pérdidas de US$ 44,8 millones del año 2010.

Las perspectivas para el presente año son muy favorables considerando dos factores: la reactivación del crecimiento mundial, con altas tasas de expansión de la actividad en países emergentes y la suba de precios internacionales que ha mostrado los commodities agrícolas.

De esta manera, los ingresos por ventas deberían verse estimulados tanto por el efecto de mayores precios como el efecto de mayor demanda.

A pesar de este buen contexto y favorable escenario coyuntural, las acciones de Adecoagro todavía se encuentran en deuda con los inversores. Desde su salida a Bolsa, las acciones acumulan una pérdida de 10%, aunque los analistas de Wall Street son muy positivos con esta firma.

En este sentido, hace unas semanas una importante entidad con reputación internacional ha recomendado la compra de las acciones de Adecoagro a partir de las ventajas competitivas que presenta su actividad, con la Argentina siendo uno de los países de menor estructura de costos de producción agrícola y con Brasil aportando un importante margen operativo por el alto nivel de productividad.

De los siete analistas que realizan la cobertura de la empresa, según el relevamiento de Reuters, seis de ellos recomiendan la compra de Adecoagro y uno de ellos mantener sus acciones.
Los ratios de mercado de esta pequeña firma de U$S 1.200 millones de capitalización bursátil es otro de los elementos que atrae a los inversores. Su forward P/E se ubica en 14,1x mientras que el Precio / Valor Libro es de tan solo 1,12x.

Sin duda, Adecoagro, es una alternativa superadora para quienes buscan exponerse en el largo plazo al sector agrícola argentino.

domingo, 1 de abril de 2012

El verdadero “desacople” (de las acciones argentinas)…


Durante la última década, la “teoría del desacople” fue el centro del debate entre los economistas del mundo. Las acciones argentinas son un caso testigo de esta teoría.

Una vez más la Argentina es noticia entre los inversores y no necesariamente por haber otorgado satisfacciones a quienes hayan apostado invertir en activos financieros de ese país.

Finalizado el primer trimestre de 2012, donde los mercados estadounidenses alcanzaron la mejor performance desde el año 2009 y, como en el caso del índice Nasdaq, el nivel más alto desde el año 2000, las acciones argentinas han dejado, una vez más, un sabor agridulce entre los inversores.

Luego de un 2011 para el olvido, ubicándose entre las cinco peores bolsas a nivel global, se esperaba para el inicio de 2012 sea una especie de revancha para el Índice Merval y que recompensara a los alicaídos inversores.

A pesar de la evidente mejoría del contexto internacional, con mayor estabilidad en la Unión Europea, recuperación en la actividad económica de los Estados Unidos y precio internacional de la soja en el nivel más alto en 12 meses, las acciones argentinas fueron presas de la incertidumbre económica local generada por conflictos políticos con influencia creciente.

El permanente enfrentamiento entre el Gobierno y el sector privado -con el caso YPF a la cabeza del proceso- sumado a las limitaciones para la distribución de dividendos en efectivo y la elevada incertidumbre sobre la evolución del tipo de cambio, han configurado un cocktail explosivo para las acciones argentinas y eso se vio claramente reflejado en sus cotizaciones.

Todo este escenario ha contribuido a acrecentar el descuento con el que cotizan las empresas argentinas respecto a sus pares de la región, llevándolas a un terreno de precios insólitamente bajos.

A nivel comparativo, cuando nos remitimos a los números duros, la debilidad del Merval se acrecienta considerablemente:

-           Mientras que el Merval sólo subió 1,35% en marzo, el índice S&P 500 avanzó más del doble (3,13%) mientras que el Nasdaq trepó 4,2%. En el acumulado del trimestre el contraste es aún mayor: el Merval subió 8,99%, el S&P 500 12% y el índice tecnológico 18,67%.                                   
                                                                                                                          
-          La comparación también resulta negativa cuando se realiza sobre la base de los principales mercados latinoamericanos: el Merval creció 8,99% en los tres primeros meses del año, contra el 13,67% del Bovespa y el 11,97% del IPSA chileno.

 ¿Qué nos sugiere lo anterior? 

En una primera instancia se desprende que la Argentina es un país considerado sumamente riesgoso por parte de los inversores globales, dejando en claro que la atractiva valuación relativa de las acciones argentinas no es una condición suficiente para invertir parte de su portafolio en este mercado.

Con la visión puesta hacia el futuro, el dilema a descifrar es si la mayor ”sintonía fina” del modelo económico argentino, con una elevada dosis política, será un escollo lo suficientemente engorroso de superar  para evitar que el Merval pueda recuperar el protagonismo que en algún momento supo conseguir.